
Sólo por hoy | Reiki para niños en Salamanca
¿Cómo contarte todo lo que vivimos el sábado en Serendipity? Voy a intentar transmitirte todo lo que sentimos en nuestra primera sesión de reiki en familia. Primera para todos.
Desde hace algún tiempo ya, me viene llamando la atención esta terapia creada por el japonés Mikao Usui, pero hasta ahora no había tenido la oportunidad de probar.
El reiki pretende el bienestar físico y emocional de quien lo practica. A través de la imposición de manos se canaliza la energía y reiki o energía universal activa los chakras y fluye por todo el cuerpo.
Por eso cuando volví a ver que estaba programada una sesión de reiki para niños en Serendipity, llamé sin dudarlo. En esta ocasión no pudimos ir los 5, ya sabes que Ángel juega al fútbol los sábados por la mañana, y papá le acompaña. Así que, esta vez, ha sido una experiencia para Oliver, Elsa y para mí. Y como nos escucharon tan bien y nos vieron tan maravillados, ¡dicen que a la próxima se apuntan! Y además queremos probar una sesión de reiki para papá y para mí, esta vez sin los peques.
Y empezamos a jugar…
Sólo entrar en la sala preparada para la práctica del reiki es ya en sí muy inspirador. Y además se llenó con las energías de 14 peques acompañados por sus papis y/o mamis. Ángela de Reiki Espacio, junto a dos compis más, Claudia y Mercedes, fueron quienes nos guiaron durante la sesión. Nos sentamos en el suelo, sobre cálidas y cómodas alfombras y nos tapamos con una manta, como en casa.
A través del juego del silencio los peques se fueron calmando y aquietando. Oliver expectante y Elsa observándolo todo, prefería estar encima de mí, en su zona de confort. Así fuimos conociendo a todos los niños y niñas. Ángela les iba colocando su estrellita en forma de pegatina con su nombre.
Y así, sin darnos cuenta, empezamos a jugar, empezamos a practicar reiki. Por un momento sentimos que éramos ranitas… Después nos convertimos en árboles. Unos árboles con unas raíces bien profundas, que absorbían su alimento por los pies y nos hacía crecer alto, alto. Y nos salieron ramas, muchas ramas, y algunos árboles tenían hasta hojas y frutos. Así lo sentimos. Y los había de muchos colores…
Esa energía en forma de chispitas
Nos enseñaron a frotar nuestras manos enérgicamente, a sentir ese calor en nuestras manos, esa energía que se genera al frotarlas. Todos los peques las movían rápidamente y en silencio. Y empezaban a sentir esa calor en la palma de sus manos, esas cosquillitas, esas chispitas… Y yo los miraba, porque no hablábamos. Estábamos jugando al silencio. Tímidamente movían sus manos, se empezaba a sentir ese calor, esa energía en toda la sala.
Claudia nos habló de los chakras, esos centros de energía que todos tenemos en el cuerpo. Y con la ayuda de una imagen en la tablet, los niños los fueron reconociendo, localizando, uno a uno, tocando y también le pusieron un color.
La música también acudió a la cita. Y cumplió su papel. Notas que mecen, que calman y dan tranquilidad. Y así continuamos, generando energía y sintiendo ese calor. Energía sabia e inocente, que iba donde tenía que ir. Y los peques fueron pasando al centro de la sala, para que sus compañeros le impusieran las manos durante un ratito. Fueron momentos en los que sientes que «estás donde tienes que estar» en los que solo basta una imagen para sentir ayuda, amor, calor, cooperación, calma, tribu… Alguna mamá también quiso probar ese calor. Y lo sintió.
Para acabar nuestra primera sesión los peques se pusieron a pintar mandalas, cosa que les encanta. Y después hicieron sonar un cuenco mientras giraban alrededor del círculo.
Este ha sido nuestro primer acercamiento al reiki. Creo que seguiremos practicando en familia. Por cierto, mira cuántos beneficios tiene: aumenta el sistema inmunológico y la concentración, disminuye el nerviosismo ayudando a gestionar sus emociones, nivela los centros energéticos aumentando su seguridad y autoestima, aumenta la solidaridad y la empatía y potencia el vínculo con la familia. En youtube he encontrado este vídeo que me ha gustado. Os lo dejo para que le echéis un vistazo.
Día Escolar de la No Violencia y la Paz
Y me quedo con las palabras que Mercedes (compañera de Ángela) le dijo a Oliver: «Sólo por hoy no te enfades». ¿No te parece maravilloso? Sólo por hoy no me enfado, sólo por hoy soy agradecida, sólo por hoy soy amable… Sólo por hoy, y en este 30 de enero, Día Escolar de la No Violencia y la Paz, podemos intentar vivir con más calma, ponernos en el lugar del otro, parar y respirar, ser amable con la otra persona, ser agradecida…
Si lo intentamos SÓLO POR HOY, seguro que el mundo será mucho mejor. El reiki aporta su granito de arena a que eso sea así. A mí personalmente la práctica del yoga y la meditación también me ayudan a conseguirlo. Y si mis hijos ven esto en mí, ¿qué mejor ejemplo para ellos? Las semillas ya están plantadas, ahora con calma germinarán y crecerán mientras las cuido y alimento todos los días. Así que, ¡disfrutar de este día de la Paz! Y sólo por hoy no me enfado, sólo por hoy, vivo en paz. Y mañana, lo repetiré… «Sólo por hoy…»
Gracias de corazón
Gracias a Ángela, Claudia y Mercedes por guiarnos con tanto cariño. Gracias a las mamás que se acercaron para conocerme. Gracias a todos los niños asistentes por su energía. Gracias a Eduardo de Serendipity por albergar este tipo de propuestas y por las fotos de grupo.
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