
La «Mamamorfosis» vivida y contada por tres caras de la Luna de Salamanca
Ayer día 15 de septiembre fue el gran día. Mamamorfosis salió a la luz. Un libro electrónico, gratuito y autopublicado impulsado con la energía de Aguamarina, del blog De mi casa al mundo y que te puedes descargar aquí, en Bubok. Hace ya unos meses que comenzó este viaje. Aguamarina sintió que tenía que hacerlo, e hizo un llamamiento a todas las madres conscientes que hay por el mundo. Quería recabar opiniones, testimonios, reflexiones, vivencias… de eso que ya hemos bautizado como Mamamorfosis y que tiene lugar cuando una mujer se convierte en madre. Ese cambio, esa transformación vital que una vez iniciada, ya no hay que la detenga. Y cada una la vivimos a nuestra manera, con luces y sombras, con culpas y satisfacciones, con renuncias y elecciones,…
Tantas formas de vivirla como mujeres hay. Aquí puedes encontrar más información sobre este precioso proyecto, que cuenta con el apoyo de madrinas fantásticas, un bonita tiendita online con cosas superchulas, un booktrailer maravilloso,… y lo que tendrá que venir, que será simplemente fascinante.
Un total de 500 madres procedentes de 19 países distintos querían aportar su testimonio de maternidad consciente. Así Aguamarina fue dando forma a un proyecto editorial ambicioso y generoso. Un regalo para las madres titulado Mamamorfosis, las 200 caras de la Luna. Y de esas 200 caritas que nos muestra la Luna, tres de ellas son salmantinas: Angélica, Carolina y Esmeralda (la que escribe). Y sentía que las tres nos teníamos que ver, que teníamos que encontrarnos y charlar, escucharnos, vivirnos… Así fue, como hace pocos días pasamos una mañana juntas. Reflexionamos sobre esa transformación, sobre la relación con nuestras madres, sobre la pérdida de identidad, sobre angustias y miedos, maravillas,… ¿Cómo lo vivió cada una de ellas?
Tres caras de la Luna, de Salamanca
Angélica es madre de 3 niñas de 7, 6 y 3 años. Durante unos años se centró en la crianza de sus hijas. Con la llegada de la más pequeña sintió que necesitaba su espacio, su lugar,… y cumplir otros sueños. Ahora ha puesto en marcha, junto a su marido, la Asociación B612, un proyecto «en el que las niñas también pueden estar». Por cierto, este encuentro supuso el estreno de la nueva sede de la Asociación (paseo de Canalejas, 144), aunque su inauguración oficial es este viernes día 18. Ella nos cuenta su testimonio en el capítulo «Cuando hay otros hijos que atender» (pág. 438-440).
Carolina también está centrada en la crianza de su hijo de 20 meses. Ella sí ha contado con una tribu, con su familia ahí cerquita, se ha sentido acompañada en la crianza de su pequeño. Y nos cuenta encantada cómo vive esa maternidad consciente desde el minuto cero, incluso el nacimiento del peque, que aunque fue cesárea, la vivió y la sintió con mucho respeto. Así lo cuenta en su precioso testimonio sobre el nacimiento de su hijo. Lo podéis encontrar de la página 317 a la 322.
Y yo, Esmeralda. Que ya me conocéis. Durante estos 7 años he estado entregada a la crianza de mis hijos, y ahora que Elsa tiene 2 años, vuelvo a necesitar mi espacio, busco mi sitio, ya no como madre, sino como ser. Sentí que tenía que aportar mis vivencias a Mamamorfosis. Quería hacerlo, y plasmar en un papel pensamientos y sentimientos. Lo viví como una especie de terapia. Y también pensé en otras madres, a las que les podía venir bien leerme, porque quizá estuvieran viviendo situaciones parecidas. Yo os cuento un cachito de mí en «Mi parto fue inducido» (pag. 244-248) y en «Cuando hay más hijos a los que atender- Familias numerosas». (Pag. 1118-1121). Recuerda que en Bubok te puedes descargar el libro de forma gratuita.
Madres conscientes que viven el momento de sus hijos. Consciente porque hace las cosas como ella siente que debe hacerlas, a pesar de los comentarios externos, de las opiniones «sabias»… consciente porque conecta con su hijo, y cubre sus necesidades, porque sabe ver más allá, porque se quiere y se valora, y quiere que sus hijos sean cómplices de ese proceso.
Dos «mamamorfosis»
Ya no hablamos de una mamamorfosis, sino de dos. Angélica la vivió con el nacimiento de su primera hija. Nació como madre, y se entregó en cuerpo y alma a su crianza. Pero tras el nacimiento de su tercera hija sintió que renacía. «Después de esa entrega total, llegó el momento de renacer», señala. Que esa parte de su ser que se había quedado dormida con la crianza, ahora pedía paso. En mi caso es algo similar. La maternidad te cambia la forma de ver el mundo, la vida… TODO. Pero hay un momento en el que te das cuenta que tu SER quiere volver a salir, y de forma natural. Hay otras mamás que no pasan por este proceso. Cada una lo vive a su manera.
Carolina, por ejemplo, no siente que haya perdido su identidad al convertirse en madre. Quizá ha añadido una faceta nueva a su persona. Depende el momento de cada una, lo sentirá de un modo u otro. Las angustias, los miedos, las culpas,… que sentía como madre primeriza, se esfumaron con los años. La experiencia de la maternidad hace que la esencia se complete y crezca.
Cuando crías a 3 hijos te das cuenta que una va liberando carga a medida que los hijos van creciendo. Y que esa fortaleza y esa autoconfianza que vas añadiendo a tu ser, hace que los niños crezcan más sanos emocionalmente. Como señala Angélica, «mi tercera hija es más sana emocionalmente». A medida que vas criando, también vas creciendo como persona, vas evolucionando. La angustia inicial se va tornando en fortaleza. Y cuando lo ves reflejado en tus hijos te das cuenta que algo grande está sucediendo.
Otra forma de hacer las cosas, a tu manera
De cesáreas vividas con respeto, de otras maneras de educar, de madres que son personas y que tratan de vivir ese proceso de una manera auténtica, siendo ellas mismas.
Y también hablamos de nuestras madres. Tengas la relación que tengas con ella, «convertirte en madre te ayuda a entenderla», apunta Angélica. Lo que hicieron seguramente lo hicieron porque pensaron que era lo mejor. Y en algunos aspectos, gracias a ellas, a su forma de criarnos, con su virtudes y sus defectos, nosotras somos así. Cada una cría a sus hijos como siente que debe hacerlo, porque son nuestros hijos, pero esos hijos no son sólo nuestros, como dice Carolina «Lorenzo (su hijo) es del mundo, y hay que mostrarlo».
Aguamarina, ¡gracias!
Las tres coincidimos en que al ver el llamamiento de Aguamarina sentimos que teníamos que participar, «que aquello era importante», como dice Angélica, teníamos que poner nuestro granito, nuestro testimonio. ¡Gracias Aguamarina! Por dejarnos ser parte de esto tan maravilloso que ya está volando por el mundo. Y gracias a Angélica y Carolina, estas Caras de la Luna de Salamanca por este encuentro tan maravilloso y especial. Ahora, a disfrutar de la lectura de #mamamorfosis
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