Celebrando el Día Mundial de la Lactancia Materna

Hoy 1 de agosto queremos unirnos a la celebración del Día Mundial de la Lactancia Materna y que nos acompañéis, como siempre. Además mirar qué lema más chulo han elegido este año «Lactancia materna, un triunfo para toda la vida». ¡Hala qué chulo! se suma a la fiesta porque nos apetecía contar nuestra experiencia, la mía y la de mis tres amores y compartirla con vosotros.

Y todo empezó el 24 de junio de 2008…

La lactancia materna forma parte de mi vida desde que nació Ángel, el 24 de junio de 2008. Tenía mucha información al respecto y muchas ganas de lactar al peque, pero también muchas dudas, como casi todas las mamis primerizas ¿verdad? Un montón de preguntas en mi cabeza. Poco a poco iba encontrando las respuestas, pero al principio las dudas se mezclaban con las inseguridades: ¿Lo haré bien?, ¿sabré reconocer cuándo tiene hambre?, ¿qué es eso de «a demanda»?, ¿y si se queda con hambre?, pero si ha mamado hace una hora…, le doy las dos, o sólo una…

Parecía tan difícil al principio… Pero poco a poco vas conociendo a tu peque, te vas manejando mejor a la hora de cogerlo, vas identificando con un casi imperceptible ruidito o ligero movimiento que tiene hambre,… Y todas esas cosas que va dando la experiencia. Así, poquito a poquito, como se gestan las grandes historias, fuimos disfrutando del camino tan precioso que fue lactar a Ángel, que duró 2 años y 4 meses. Ya embarazada de Oliver de dos meses, Ángel se despidió de tu teti. De una forma tranquila, progresiva, con tiempo y sin prisas. Sólo tomaba antes de irse a dormir. La toma de los mimos, de las buenas noches, la de ¡hasta mañana mami! Ahora mi cuerpo se preparaba de nuevo para recibir a otra criatura a la que criar, en cuerpo y alma. Porque así me gusta vivir la lactancia. Como alimento fundamental, pero es la teta es MÁS. Alimenta almas, cobija infinitos sueños y calma el dolor con un caudal de ternura sin límites.

A veces tienes la sensación de tener una llave maestra que abre corazones y llena pequeñas barriguitas de amor. La leche materna y su envase-teta son como la pócima secreta con más superpoderes que conozco. Seguro que se os ocurre alguno más:

  • Que se ha caído y se ha hecho daño, teta
  • Que le están saliendo los dientes y está molesto o entrequedente, teta
  • Que tiene sueño y no consigue quedarse dormido, teta
  • Que estamos a 1 de agosto y hace un color soporífero, teta
  • Que tiene hambre, teta
  • Que quiere mimitos, teta
  • […]

Y ya sabemos todos los beneficios que para la salud de mami y bebé tiene la lactancia materna. Yo la verdad, me quedo más tranquila.

Angel1Alguna piedra en el precioso camino

El camino es precioso, para recordar siempre. Como es algo tan cotidiano, tan del día a día, desde hace ya unos años, pues se me olvida hacerme fotos. Es como hacerte fotos yendo a comprar el pan. Pues, lo mismo. Pero hace unos meses leyendo un blog de una amiga me di cuenta que el tiempo pasará, y la lactancia ya no formará parte de mi día a día. Ya sólo quedará en mi recuerdo, así que últimamente me hago alguna foto dando la teta. Para vivirlas ahora y revivirlas cuando pasen los años.

Alguna piedra también hemos encontrado en este precioso camino. Sí. Hay cosas que se llevan un poco peor, sobre todo cuando hablamos de peso y percentiles. Aunque en mi caso, se  trataba de preocupaciones mías, porque tanto la pediatra que teníamos cuando vivíamos en Madrid, como la pediatra actual de Salamanca apoyan la lactancia, y no son nada exigentes con los dichosos percentiles. Al principio de todo, cuando me preocupaba más, me venía a la cabeza una pregunta de la pediatra que se respondía por sí misma; un día me dijo «¿tú que quieres un niño gordo o un niño sano?». Pues eso mismo contesté yo. Pero sí que es verdad que hay mamis para las que ir a las revisiones al pediatra es poco menos que presentarse a un examen. Aprobada o suspensa, en función de lo que haya engordado tu hijo. Y eso frustra muchas lactancias que funcionan fenomenal, en las que mamá y bebé disfrutan, pero que como el bebé no ha cogido lo que se supone debe, pues ¡hala! hay que ayudarlo con un bibe. Y ya sabemos que a más succión más producción. Por lo menos yo lo he vivido en las tres lactancias. Si el bebé succiona menos de la teta, habrá menos producción… Y puede ser el inicio de un destete temprano, sin haber sido deseado por mami ni por bebé; simplemente por atender a unas estadísticas.

Oliver dando los primeros chupitos

Oliver dando los primeros chupitos a la leche mágica

…Y nuestra historia se reanudó el 15 de mayo de 2008…

Y nació Oliver. Y se enganchó a la teta. Recuerdo que le costó un pelín más, pero cuando cogió ritmo ya no paró. En la lactancia de Oliver hay dos hitos muy importantes. A la semana de nacer tuvo que estar 48 horas en neonatos por ictericia. Estaba amarillito y necesitaba estar con fototerapia. ¡Qué mal se pasa! Superamos ese bache acudiendo a las tomas y sacándome leche para las nocturnas. Pasaron los meses, y cuando el pitufín tenía seis se presentó una interesante oportunidad laboral que acepté. Sólo eran 4 meses de contrato pero dije que sí. Aunque me preocupaba la continuidad de la lactancia. Pero ya se sabe que con empeño y esfuerzo se consiguen muchas metas. Y sobre todo con el apoyo del papi, continuamos con nuestra feliz lactancia. Me sacaba la leche, y el papi cuidaba cada gota como si fuera la última. Y así seguimos hasta los 23 meses de Oliver. Embarazada de Elsa de 7 meses, más o menos. Una triste pérdida familiar hizo que estuviera ausente de casa durante 3 días. Tiempo suficiente para que Oliver se destetara voluntariamente. Al igual que Ángel ya sólo teteaba para irse a dormir. A mí por un lado también me apetecía descansar 2 meses, lo que faltaba para recibir a Elsa. Además me costaba mucho darle la teta en la cama, con la barriga… en fin, era un cuadro verme intentando encontrar una postura en la que Oliver, Elsa en la barriga y yo, estuviéramos cómodos.

…Y nuestro tercer y último capítulo empezó el 22 de junio de 2013

Leí para estar informada sobre un posible tándem, por si Oliver se reenganchaba a la teta al ver a su hermana. Tuvo algún intento, y alguna vez llegó a chupar un poquito, pero no volvió a lactar más. Le hacía como gracia. Le pasó el testigo a su hermana Elsa, que muy ávida se enganchó rápidamente. Y con Elsa disfrutamos de la lactancia, con esa tranquilidad que da la experiencia, con la satisfacción de estar dando y recibiendo mucho amor y con la certeza de estar viviendo momentos únicos en la vida de mis hijos. A día de hoy, Elsa, la última en llegar a la familia, disfruta a sus 13 meses de esa leche mágica. Y últimamente estamos utilizando el superpoder de calmar las molestias con teta cuando salen los dientes.

Ángel, Elsa y mamá y mucha ternura

Ángel, Elsa y mamá y mucha ternura

Cinco años y medio (y lo que quiera Elsa y mami) de FELIZ LACTANCIA, de muchos juegos y caricias compartidas, de muchos sueñecitos encima de la teta, de muchas miradas cómplices, de algunas fiebres sostenidas en el regazo, de muchos golpes apaciguados al calor del seno, de algún mordisquito cuando sales los primeros dientes,…de grandes momentos disfrutando de la lactancia materna.

No conozco otra manera de criar a mis hijos. Es lo que he hecho con los tres. Para mí es lo natural, lo que me sale, lo que va conmigo.

¡FELIZ DÍA DE LA LACTANCIA!

NOTA: este post participa en el carnaval bloguero de celebración de la Semana Mundial de la Lactancia Materna

8 Comments

  1. halaquechulo -  2 agosto, 2014 - 12:28

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  2. halaquechulo -  2 agosto, 2014 - 12:26

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  3. Gema -  2 agosto, 2014 - 10:50

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  4. mamamerlin -  1 agosto, 2014 - 20:09

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  5. halaquechulo -  1 agosto, 2014 - 11:44

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  6. halaquechulo -  1 agosto, 2014 - 11:43

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  7. Patricia Gil -  1 agosto, 2014 - 10:38

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  8. Anónimo -  1 agosto, 2014 - 10:37

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