
Arbolidades
Arbolidades es la última obra ganadora del Premio de Poesía para Niñas y Niños 2019 Ciudad de Orihuela. Esta joya está editada por Kalandraka, con versos de David Hernández Sevillano e ilustraciones de Maite Mutuberria. A este título le preceden ¡A la LUNA, a las DOS y a las TRES…! y Tarde en acuario, de los que ya os hemos hablado en ¡Hala qué chulo!
Porque la poesía también es para los niños y las niñas. Los versos, la musicalidad, la delicadeza, el vocabulario, los juegos de palabras, la imaginación… La poesía es una herramienta maravillosa para expresar sentimientos, experimentar sensaciones y disfrutar mientras la sientes.
¿Has probado a leer poesía con tu hijo o hija?

Este Premio Orihuela me gusta especialmente porque pretende estimular la creación de poesía destinada al público infantil y homenajear la figura del poeta oriolano Miguel Hernández.
35 poemas e infinitos árboles
Tamarindo, pinsapo, ciprés, algarrobo, baobab, ébano, enebro, bonsái, azahar, tejo, abedul, alcornoque, granado, melojar, madroño, secuoya, sauce, melojo, roble, acebuche o coscoja. ¿Los conoces todos? Son árboles. Algunos te sonarán, pero otros serán nuevos. Poema a poema, vamos saltando de árbol en árbol, de verso en verso. David Hernández nos lleva de la mano de un árbol a otro para presentarnos la vida que albergan en su itnerior y también la fantasía que regalan.


Pero no sólo encontramos árboles en los bosques, también plantas y arbustos como el jazmín, el toronjil o cantueso… De un árbol al otro. De un poema al otro. Versos sencillos con los que disfrutamos de poemas breves que nos acercan a la belleza de cada árbol, porque cada uno es único.
Además de imaginar cada árbol y despertar la curiosidad para saber cómo es en realidad el enebro o el melojar, también nos ha gustado cómo transmite el valor y el amor por las raíces, las que cada uno tenemos. Lo importantes que son las raíces para un árbol, pero también para las personas. Una manera de amar nuestros orígenes.
La delicadeza y la musicalidad están presentes en todos sus poemas. Como en este titulado ÉBANO, en el que la música se puede escuchar:
La música que ahora
suena en la plaza
y que escuchamos juntos
desde un balcón
ya está camuflada
en la madera
antes de que cortasen aquel ébano
con el que construyeron el oboe.
Ébano «Arbolidades»
Un paseo por las estaciones entre ilustraciones
Maite Mutuberria nos hace soñar con Arbolidades, soñar y viajar. Sus creaciones nos transportan por las estaciones, del otoño a la primavera, disfrutamos de los distintos tonos de verdes, más intensos o más apagados, para pasar por los tostados, tonos tierra y ocres, pero también los azulados y añiles…
Maite evoca los antiguos cuadernos de campo en los que dibujas en papel aquello con lo que te vas encontrando al paso de tu paseo. Los versos acompañan a los trazos que dan vida a las ramas, a la infinidad de ramas que habitan el bosque.
El color del bosque es muy particular y Maite utiliza texturas y matices en sus ilustraciones para hacernos llegar ese trocito de bosque hasta las páginas de Arbolidades.

¿Qué es para ti un bosque? ¿Y un árbol?
¡Cómo me gusta esta pregunta! Bosque es vida, es camino, es color y olor. Leyendo Arbolidades te das cuenta que Bosque es casa para muchos seres vivos, grandes o pequeños. Pero el bosque además de casa, inspira al poeta y sirve de escenario a las andanzas de hadas y elfos. El bosque da vida y refugio, pero también es refugio de los amantes de la fantasía que imaginan pequeños seres habitando entre árboles, ramas y ríos.

¿Y un árbol?
Para los herrerillos «árbol significa cálido hogar»;
para las hormigas «árbol es tierno alimento al final de cada rama»;
para la gineta «árbol es refugio en que nacer»…
Y en el idioma de los árboles la palabra niño significa pájaro sin plumas que no cesa de jugar.
Qué preciosa esta serie titulada IDIOMAS. Cuatro poemas para decirnos cómo se dice árbol en diferentes idiomas, o qué significa. Y qué bonito el idioma de los árboles, en el que un niño es un pájaro que no para de jugar. ¡Precioso!
Nos ha gustado por…
| Su amplitud de vocabulario. Nos hemos sorprendido con ulular, cerchas, bisbisear, papalotes, tocón… Nada como aprender palabras nuevas para incluir a nuestra manera de hablar y también de escribir.
| Hemos conocido un montón de pájaros y otros animales del bosque como arrendajos, herrerillos, mirlos, gorriones, tarabillas, jilgueros, hormigas, cornejas, ciervos, liebre, ruiseñores, sapos, culebras, tejones, petirrojos… Y también algunas especies marinas como peces y sirenas que habitan en el Árbol de mar de la página 29.
| Despertar la curiosidad de grandes y pequeños e invitarnos a investigar. Con el diccionario conocemos el significado de palabras nuevas como bisbisear, para susurrarte al oído los nombres de todos los pájaros que he aprendido como las tarabillas o descubrir el melojo, un árbol que desconocía.
| Cualquier libro en el que los árboles sean los protagonistas es una invitación a disfrutar de la naturaleza, salir al bosque, caminar admirando las copas de los árboles y dejarse llevar por el sonido de las ramas al viento. Y siempre con respeto.
| Metáforas o metáfloras. ¿Sabías que los árboles también viajan? Una metáfora preciosa para conocer el viaje del árbol en forma de viento, viajan con su grana a otros campos y viajan de estación en estación.
| Versos en escalera para subir o bajar, para jugar sin parar o para enumerar palabras tan bonitas «se recitan, se cuentan y se cantan por el aire». Porque las flores y los árboles se cuentan secretos, unas veces por el aire, y otras veces por la tierra. Shssssssssss

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